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Extractos de los cuentos valientes de Val
No te quito el ojo de encima
¡Una vez me encontré cara a cara con un cíclope de corazón frío y orejas heladas! ¡Reuníos alrededor del fuego para escuchar esta escalofriante historia! Toqué una preciosa melodía en la corte de Vorgoth, ¡derritiendo su corazón con vino de fresa de color rojo rubí! Sin embargo, ¡la principal atracción del festín fue un cíclope "domesticado"! ¡Estaba encadenado y le hicieron bailar con brasas sacadas del mismísimo fuego donde asaban la panceta de cerdo y el crocante de avellana! "Pobrecillo", pensé, mientras la cabeza me daba vueltas por el vino. Mientras todos dormían, me armé de valor y entré sigilosamente en los aposentos del amo de la bestia, ganzúa en mano. Cuando liberé al gigante, contempló mi hermoso rostro con una mirada que gritaba "¡No te quito el ojo de encima!" antes de hacer un agujero en la pared de la mazmorra. Ni que decir tiene que no me han vuelto a invitar a la corte real.
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Con el barro al cuello
¡Escribo esto con el corazón acelerado! Si alguien lo encuentra, ¡que lea mi historia a sus hijos delante de la chimenea y que brinde por mi salud y mi valor! Estaba remando por los acantilados de un valle rocoso y tarareando una melodía cuando vi que salían burbujas bajo la superficie fangosa del agua. Al principio, pensé que era una señal de que había riquezas hundidas de algún barco naufragado cercano. Por desgracia, ¡pronto descubrí que estaba equivocada! ¡Un terrorífico Rompemandíbulas se abalanzó de repente sobre mi rostro, atraído sin duda por mi hermosa voz! Tenía el cuerpo de un guiverno, o incluso de un dragón, ¡con un lomo brillante y oscuro como la noche! Hundió sus dientes en mi barca, ¡así que le clavé mi daga en el cuello! Escapé ilesa, pero he perdido la daga... ¡y sin mis viejas botas, me quedaré atascada en el barro si intento recuperarla! Ay, estoy con el barro al cuello. ¡Literalmente!
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