La tierra se vuelve más seca cada día. Se deshace entre mis dedos convirtiéndose en arena. Me limpio las gotas de sudor de la frente. Gotas pálidas y tristes tiñen el campo. Dudo que encuentren el camino hacia las profundidades para alimentar los cultivos. Rezo, en silencio, porque tengo los labios demasiado secos como para hablar... pero esbozo una sonrisa cuando sirvo lo poco que tengo. Construí esta taberna con mis propias manos... así que no puedo descansar, ni irme. Trabajaré esta tierra hasta el final, como lo hicieron mis antepasados ​​antes que yo. — Emily Fray

El sol ha quemado las hojas. Lo que habría sido fruto y grano el año pasado hoy es ceniza. Soy la única persona que aún puede cultivar la tierra (y apenas). Repartí las últimas raciones, horneé el último pan. No hay más agua para preparar sopa, ni cerveza que servir. No hay más clientes, solo gente necesitada... cegada y cubierta de ampollas por el sol. ¿Será esta sequía una maldición antigua...? ¿Les fallamos...? ¿Los hicimos enfadar...? No puedo perder la fe... Es lo único que me queda. — Emily Fray

¡Estamos salvados! La gente de Lapis Este ha reunido supervivientes para una caravana... liderada por la propia reina Jezmina. Cuando escuché su discurso y vi cómo el viento azotaba su cabello... supe que la seguiría. Con la llama de la devoción y el coraje, una luz brilla intensamente hacia nuevos comienzos. La reina es una maravilla, decidida y resiliente. Radiante. Hermosa. Aspiro a ser como ella... a inspirar a las personas y animarlas como ella lo hace. Me apena abandonar la taberna, pero mientras mi corazón lata, construiré. Creceré... y aguantaré. Sobre todo si mi reina nos muestra el camino con valentía. — Emily Fray