Siempre has sido mi sobrino favorito: ¡joven y enérgico! Oskar, mis viejos huesos me crujen. Ya apenas puedo cuidar del Pasto Frondoso... ¡es una lástima! ¡Unos campos tan extensos, verdes y abundantes! Perfectos para un joven como tú. ¡Dejaré esta tranquila hacienda en tus cuidadosas manos!

¡Unos brotes rastreros han acabado con estas tierras yermas! ¡Salen de la tierra más rápido de lo que puedo cortarlos! ¡Cosas malvadas que escupen bilis y salmuera! Todos los campos se pudren, la decadencia se propaga en las profundidades... ¡No hay forma de salvar este pasto! ¡Malditos sean! Empezaré de cero en otra parte. Díselo a Oskar, el tonto ese. De todas formas, nunca me cayó muy bien. Es un mocoso arrogante.