... se arrastraba por el borde y hasta la plaza, con sus apacibles olas espumeantes junto a las grandes escaleras. "Una ávida marea", dijeron. "Se ha debido de soltar un bloqueo río arriba"... Pero siento llevarles la contraria. El agua sabe diferente. Golpea los muros exteriores en su crecida... Durante el reinado de la Reina Gallarda, esto jamás habría ocurrido. Nuestro reino se erosiona con Gormander... Nos hemos vuelto débiles.

De pequeña, el reflejo que me saludaba cada mañana desde la superficie del río parecía muy lejano. Entonces era diminuta. Bajé el cuerpo y estiré los brazos para sentir el placentero flujo mientras la gente pasaba de largo. Apenas podía alcanzar el fondo. Mi cansado reflejo se acerca más cada día. El agua se arremolina amenazante. Quizá pronto caigamos todos en su frío seno. "Vende la casa y múdate", decían. ¿Venderla a quién? ¡Todos los demás también quieren huir!