La escribieron los Antiguos. Su extraña y melódica llamada atraviesa el ensordecedor vacío y atrae a los dignos y justos. No puedo leerla. Solo veo un borrón... Me temo que el mensaje no es para mí. Intento estudiarlo, comprenderlo... Pero cuanto más aprendo, más descubro cuánto ignoro. Desde aquí se divisa la ciudad hundida, pero no estoy del todo tranquila. Hace poco, alguien perturbó mi investigación con un agonizante silbido. Al principio, pensé que se trataba de un carroñero, pero, por suerte, me equivoqué. Puede que ellos descubran el significado del mensaje de la estrella. A todos los que han seguido la llamada: tomad mis flechas y dejad que os guíen.

Lo último que recuerdo es que me apoyé sobre una de esas ominosas cosas saltarinas, tratando de ver mejor. Tengo bastante claro que Jeff, ese imbécil, me empujó, porque de repente salí volando, dando vueltas y más vueltas. Entonces, caí al suelo de pie. Mis tobillos crujieron y cedieron, sentí un escalofrío de dolor que me recorrió todo el cuerpo... y me desmayé. Cuando me desperté, tenía salpicaduras de alquitrán... Me limpié las gotas de la cara y grité llamando a Jeff, pero fue en vano. Resulta que debió de saltar tras de mí, pero se cayó en el charco. No volverá a levantar su estúpida cabeza hueca del alquitrán... Se lo merece. Me curaré los tobillos y me iré en cuanto pueda volver a mover los pies.

Tengo que escapar antes de que me atrapen. Pero pierdo el hilo de mis pensamientos constantemente; vuelan de mi cabeza a la oscuridad de la noche. Se me olvidará todo, pero no puedo olvidar eso, así que tengo que escribirlo, ¡rápido! La cueva se derrumbó a nuestro paso. Recuerdo los escombros y el polvo, las piedras cayendo, el dolor, la jaqueca... Y las bestias me separaron de mis hermanos por la noche, cuando la luna estaba llena. Pero eso nos ayudará a volver a casa; me ayudará a escapar. Si recuerdo cómo huyeron los Vukah, yo también podré huir. Vi a los Vukah salir de entre los barrotes. Sí, estaba en una jaula. Porque me arrastraron hasta aquí por la noche, cuando la luna estaba llena, ¿o creciente? Creo que me di un golpe en la cabeza. Las piedras me golpearon la cabeza. Y ahora estoy aquí, y se me ha olvidado por qué. Tengo que escapar antes de que me atrapen.

¡Un reino olvidado repleto de ruinas y oculto en esta espesura! ¡Mi sobrino, un entusiasta del diseño, abriría su único ojo de par en par al verlo! El corte de estas piedras de origen desconocido es rudimentario, aunque limpio. ¿La tribu local Vukah creó estos... tributos? ¡No pienso esperar para averiguarlo! — Braelyn

¡Qué templo oculto tan maravilloso! Esta sala es ominosa y polvorienta, pero lo que más me intriga es su entrada... ¿Crearon los Antiguos estas colosales puertas para su raza? ¿O su origen supera al de los Antiguos...? ¿Acaso la gente que vivía aquí hace eones... era muy alta o algo? La gente alta está sobrevalorada. Yo preferiría a un rey bajito y corpulento. Con esa complexión, encajaría perfectamente con el resto de nuestra familia. — Braelyn

Menudo lío... Solo quería apoyarme en la pared para descansar. ¡No sé cómo, pero debí de pulsar un botón oculto que abría una puerta secreta! ¡Qué mecanismo tan novedoso, sorprendente y asombroso! Si las puertas normales ya son fascinantes, las secretas lo son aún más. Son tan.... alucinantes. Me interesa más saber cómo fabricaron esta puerta que los tesoros que supuestamente oculta. Mi sobrino se alegraría muchísimo. Puede que, si le envío un boceto a carboncillo, sea capaz de reproducirla... — Braelyn