Llama, te pido perdón. Solo me acerqué para admirar tu belleza y tu fuerza, créeme. Ni se me ocurriría quedarme con tus chispas. ¡Esas acusaciones son falsas! Fui magistrado, ¿sabes? ¡Reconocido y respetado! Amo la ley como a mi esposa y jamás traicionaría un vínculo tan sagrado. Pero me he convertido en un paria, obligado a abandonar mi hogar... Ni mi hogar, ni mi esposa ni mi amante podrán consolarme. Acaba con la maldición de los Huecos. Juro por mi familia que soy una buena persona. - Darius

NO PUEDO CREER que me hayan confiscado la mula y el dinero. Ahora yo, un ilustre magistrado, tendré que ir a pie. Qué destino más lamentable y aciago. Debería arrancarles la cabeza uno a uno por desterrarme. Me fallaron las piernas, así que me vi obligado a descansar en este cementerio. Los Huecos deambulan fuera, pero no se han fijado en mí. A menos que... ... ¿me consideren uno de los suyos? Ay, cómo tiemblo. Un frío implacable se está apoderando de mí... ¡No! ¡Será el techo abierto! Yo no soy como ellos. ¡No me convertiré! - Darius

Por llevároslo todo. Por arruinar a mi familia, destrozarme la vida y acabar con mi reputación... y por... arruinarme a mí. Me habéis fastidiado la vida con vuestras estúpidas leyes y restricciones. ¡No volverán a controlarme! ¡Repudio a los Antiguos! ¡Escupo en la Llama! ¡Destrozaré y aplastaré a todos los que se interpongan en mi camino, si es que se atreven a hacerme frente! ¡La valiosa sangre vital derramada me calentará al fin! DARIUS