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Recetas de creación ocultas
Escuchad mi plan, hermanos
Dejad de castañear esos dientes quejumbrosos y escuchad. ¡Tengo un plan para recuperar la bendición de la Llama y acabar con esta horrible maldición! Primero, crearemos un buen brasero, un candelabro y muchísimas velas. Luego, cogeremos a un debilucho de huesos quebradizos que no tragó suficiente leche de niño y lo haremos pedazos. Y, por último, arrojaremos sus tristes y frágiles huesitos al fuego como ofrenda sagrada y BAILAREMOS HASTA que la Llama nos perdone. Podríamos cantar, pero la única canción que me sé es "Oda a Pikemead". Si conocéis alguna melodía del bardo Val, ¡uníos!
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¡Vamos a redecorar!
Estas salas parecen tan monótonas... ¿Quién dijo que el sufrimiento eterno tenía que ser tan insulso? Podríamos darle un poco de vida, ¿no? Tengo una idea: un trono fabricado con huesos. Imagínatelo. Temible. Amenazante. Gótico. Sí, es un poco extravagante... pero ¿por qué ser sutiles cuando podrías reposar en los restos de tus rivales? Ah, soy un genio. ¿Por qué no me dediqué a la decoración de interiores? Ojalá no fuese un muerto viviente.
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Si mi madre estuviera aquí
Si mi madre estuviera aquí, colgaría candelabros, pondría velas en todos los rincones, desempolvaría los libros antiguos y me leería un cuento. Su voz cálida y melódica llenaba la habitación como la luz de las velas. Yo la escuchaba durante horas, acurrucada en su manta naranja tejida a mano y teñida con azafrán. Bebía un sorbo de manzanilla azucarada y me dormía con una sonrisa. Pero mi madre no está aquí. La oscuridad es mi nuevo hogar.
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