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Confesión de un hermano
Mi confesión
Confieso que le fallé a mi hermano cuando más me necesitaba. Nunca estuvo bien, pero algo lo empeoró. De repente, intentó arrancarme los ojos. Se negó a comer; dijo que la sopa de mamá estaba fría como el hielo y rompió el cuenco. Creo que fue un grito de auxilio. Desaparecía durante días y, cuando por fin reaparecía en nuestro dormitorio en plena noche, me despertaba con un susurro. "En mi nuevo hogar, o matas o mueres. Seré fuerte por ti. Una voz sombría me llama. Alguien, o algo, quiere acabar conmigo. Devorarme, robarme la cara y el nombre. Quiere liberarme". Aturdido, le pregunté qué quería decir, pero se limitó a susurrarme "Vuelve a dormirte"... y así lo hice. Esa fue la última vez que vi a mi hermano Alden.
Ubicación
Salas de los Huecos
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