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Historias de la taberna
Diario de Martha, hoja 1
Aún no hay nada para comer ni nada que servir. Huesos, restos y sopa aguada... ¿Cuándo nos llegará la hora? Llegó otra viajera, hambrienta y cansada. Quería que dejara los huesos en su estofado. Una ira silenciosa se vislumbraba en sus ojos, denotando una determinación salvaje, como un lobo hambriento. Le ofrecí una habitación, pero la rechazó con un gruñido. Marchó hacia el bosque, al norte, para dormir en el frío y duro suelo. Es una salvaje... Su lugar está en la naturaleza.
Ubicación en el mapa
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Diario de Martha, hoja 2
Me despertó un olor a sangre fresca. Miré por la ventana y vi que un depredador acababa de matar a dos ciervos. Sin esfuerzo, pero desde luego no de forma indolora. Al principio grité del susto, pero luego caí en la cuenta: dos ciervos. Ocho porciones de costillas. Puede que diez o doce salchichas. Morcilla de postre. ¡Litros de estofado! Con eso alimentaríamos a toda la aldea. ¡Gracias a los Antiguos!
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