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Espadas de llamas gemelas
Siempre incompleto
El hombre al que enterré ya no era mi padre. Una espada de las estrellas, que jamás debió caer en sus manos, lo cautivó hasta cambiarlo de forma perversa.
La encontró en mi niñez. Después, todas las noches lo veía encorvado sobre papeles revueltos. Su pelo largo y fino le cubría la cara con mechones aceitosos que le colgaban hasta el regazo, donde acunaba la espada. A mis ojos, se asemejaba a un sauce llorón con su cuello torcido.
Ni siquiera se volvió para mirarme. "Dime, ¿dónde está tu gemela, pequeña?". Murmuró a la espada. "Ven aquí, vuelve a completarme".
Ahora, muchos años después, me encorvo sobre el escritorio, como mi padre antaño. Su último deseo fue que lo enterraran con su espada, y eso hice. ¿Fue lo más sensato? Aunque no se la hayan clavado, esa espada le quitó la vida...
Ubicación en el mapa
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Leyenda de la lluvia estelar
Hace eones, nuestro reino estaba yermo. Eternos páramos se extendían en todas direcciones, y los cielos estaban cubiertos de un espeso alquitrán negro.
Entonces, el firmamento se abrió, dejando paso a un mar resplandeciente. Un torrente de estrellas fugaces brotó, dejando estelas de color y viento mientras pintaban el horizonte.
Al impactar contra el suelo, lo empujaron hasta arrancarlo. Pronto, nuestras tierras salvajes se llenaron de montañas, valles y agua, pero no todas las estrellas daban vida: algunas pretendían quitarla.
Dos espadas cayeron del cielo (una inferior y otra superior), tras lo que se estrellaron en nuestras cimas de alabastro. Una yacía bajo la nieve fresca y las flores de genciana, y otra fue engullida por las fauces de una cueva, que miraban al cielo.
¿Eran malos presagios? ¿Reliquias de un duelo en la inmensidad infinita? ¿Un regalo de los Antiguos? Puede que jamás lo sepamos.
Ubicación en el mapa
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