805195371
La selección
Los orígenes de un Erudito
Era el día de la Selección. Los Antiguos llegaron al caer el sol, envueltos en capas, con los rostros ocultos bajo cascos dorados. Mi pequeño Ethan ya estaba totalmente absorto. Cuando pronunciaron el acertijo, él respondió antes de que nadie más pudiera siquiera entenderlo. Creo que incluso percibí un atisbo de sorpresa por parte de los Antiguos ante lo rápido que dio su respuesta. Siempre fue distinto: dulce, curioso, sin interés por la esgrima, sin entusiasmo por las travesuras. Mientras otros regresaban con las rodillas peladas, él regresaba con preguntas. Las demás madres lo llamaban soñador, o soltaban: "Los libros no te darán un techo". Pero yo supe ver su potencial. Y ese día, los Antiguos lo vieron también. Lo nombraron "Erudito del Empíreo". Uno de los pocos elegidos: guardianes del saber, portadores de la verdad. Ahora pronuncian su nombre en voz baja, con respeto. Incluso quienes antes lo ridiculizaban ahora bajan la cabeza al verlo pasar. Pero los demás no me importan; lo que me importa es la luz en sus ojos, el propósito que guía cada uno de sus pasos hacia el Santuario nocturno. Puede que ahora ande entre sabios, pero, para mí, siempre será aquel niño lleno de curiosidad. Y nunca he sentido un orgullo mayor.
Ubicación en el mapa
Página 1