La vi a lo lejos, en el interior de la cueva dorada que resplandecía en la oscuridad, como llamándome. No sé qué planta será, pero es preciosa y antinatural. Por la forma en que brilla, parece que quiere que la descubran. Nunca había visto nada parecido. Debo investigar más. Voy a entrar. Me da igual si es peligroso; hay riesgos que vale la pena correr.

Me hallo justo aquí, frente a la entrada, intentando reunir fuerzas para avanzar. Voy de un lado a otro, pero no puedo hacerlo. Por mucho que esas plantas brillantes me fascinen, me aterra del mismo modo la oscuridad. Y no es solo la oscuridad: el aire se siente espeso, cargado de algo que no sé nombrar. Quizá he topado con una Guarida del Velo. . Supongo que nunca descubriré lo que guarda. Tal vez alguien más valiente que yo se atreva a entrar.