Tuvimos que llenar los carros con al menos tres kilos de sal para los Manantiales Salinos, así que estuve haciendo horas extra después de que se pusiera el sol. Me dispuse a la tarea con la mente en blanco cuando, de repente, mi pico golpeó algo sólido. Cuando tiré para aflojar la herramienta, un gran trozo de piedra salió a la tenue luz del farol. El relieve parecía diferente de la sal brillante que lo rodeaba, pero apenas podía distinguirlo con la escasa luz. Entrecerrando los ojos, intenté enfocar la forma. Dentro de unos escombros había un objeto cuasiesférico. Ordené a mis cansados ojos que siguieran las líneas arremolinadas que se dibujaban hacia su centro, pero cada vez me adormecía más. Cuando alargué la mano para trazarlo, sentí un dolor agudo en el hombro. ¿Cuánto tiempo llevaba cavando? Decidí descansar. Tardó un tiempo en curarse. En mi ausencia, han abierto una nueva mina y tapiado la antigua. Quizá sea lo mejor. No podemos distraernos cuando hay una cuota que cumplir.