1... 2.... 3... 4... ¡No funciona! Contar no me calma. Estoy furioso. Soy el Erudito de este pueblo. Es mi deber recoger las cartas, los libros, cualquier ofrenda que la gente quiera dejar en los Santuarios nocturnos. Pero Garrick... Cada vez que paso por su casa, me entrega un montón de cartas. Sé que es un creyente de verdad, desesperado por ganarse la buena voluntad de los Antiguos. También sé que está terminantemente prohibido abrir las cartas que me han sido confiadas. Pero soy humano, y hoy no he podido resistirme. ¿Y sabes qué averigüé? ¡Garrick se lo ha estado contando todo a los Antiguos! Cada susurro que alcanza a oír, cada instante íntimo al que no debería tener acceso. Y ahora viene lo mejor: escribió que le he sido infiel a mi esposa. Sí, es cierto. Sí, sé que está mal, pero ¿CÓMO SE ATREVE a escribir tal cosa? ¿Y si la carta hubiera caído en las manos equivocadas? Es increíble. Tengo que ocuparme de este asunto.