Desechos de Luz esconde muchos secretos, ninguno más misterioso que los enormes fósiles de criaturas extintas hace mucho tiempo. He reflexionado sobre el origen de su especie, pero en este yermo desierto no hallo respuestas. Si preguntas a los miembros de la tribu local, te dirán que los huesos son de los dioses, pero sé que eso es falso. Tengo teorías, pero necesito llevar a cabo una investigación más minuciosa. Ya tengo en mente un sitio prometedor. — Loraine Crim

Conocí a un chamán mientras investigaba el cementerio de huesos. Tranquilo, poco dispuesto a hablar o responder a mis numerosas preguntas, algo atípico para tratarse de un habitante de Desechos de Luz. ¿Hizo un juramento de silencio, tal vez? Quizá vive entre los fósiles, ya que parecía venerarlos de una manera que no entendí. Cuando le hice otra pregunta, se limitó a dibujar una runa en la arena... viejos jeroglíficos. Me quedé intrigada. Regresé a Lapis Este, en cuyo archivo había un códice polvoriento donde figuraban las runas que escribió el chamán. Reconocí el que dibujó de inmediato, y su traducción me impactó: DRAGONES